IDEO, 19/06/17.- “Colorín colorado” es el nombre elegido por el alumnado de 3º de la ESO, en la asignatura de Iniciación a la Actividad Emprendedora y Empresarial, para el proyecto de aprendizaje-servicio desarrollado durante el tercer trimestre, como conclusión a todo lo trabajado durante el curso.

Este proyecto lleva el nombre de “Colorín colorado”, porque en su esencia hay dos ideas relacionadas con este concepto: el color y los cuentos. Nuestro objetivo: decorar las paredes del Colegio de Educación Especial Princesa Sofía. Este nombre es una de las propuestas de “naming” e imagen desarrolladas y presentadas por las alumnas y alumnos del grupo y elegida como la más apropiada por el equipo del proyecto.

¿Pero por dónde empezamos?  En nuestra escuela tenemos claro que para aprender es necesario hacer, y si esto tiene sentido en cualquier campo, en cualquier etapa, en cualquier materia, parece aún más obvio si hablamos de “Iniciativa emprendedora”. Por ello desde el principio planteamos la materia como un proyecto de “aprendizaje-servicio”.

“El aprendizaje-servicio es una propuesta educativa que combina procesos de aprendizaje y de servicio a la comunidad en un solo proyecto bien articulado donde los participantes aprenden a trabajar en necesidades reales del entorno con la finalidad de mejorarlo” (Roser Batlle)

Hemos dedicado dos trimestres a adquirir los conocimientos necesarios: ¿Qué es el emprendizaje? ¿Qué supone salir de nuestra zona de confort? ¿Qué nos aporta? ¿Qué es el proceso creativo y cuáles son sus fases? ¿Cómo aterrizamos los sueños y las ideas para convertirlas en realidad? ¿Cuánto cuestan las cosas y qué puedo hacer para lograr recursos?... y con todas las respuestas a estas preguntas, nos embarcamos en un proyecto de verdad.

El proceso comenzó con la visita de Marta, jefa de estudios de CEEP Princesa Sofía y mamá de Escuela Ideo. Todo surgió a partir de una necesidad. Su cole, un cole especial, estaba triste. Sus paredes no tenían vida y necesitaban un equipo que las dotase de dinamismo, que las convirtiera en rincones de aprendizaje. Y nos pregunto: ¿Os apetece? Y por supuesto, de forma unánime dijimos: “Sí, nos apetece, nos encanta, nos motiva, nos divierte, nos ilusiona” y nos pusimos manos a la obra.

En poco más de un mes, el alumnado se organizó en cuatro comisiones (coordinación, material, economía y diseño) y se pusieron a trabajar. Los de diseño se repartieron en cuatro grupos de trabajo y desarrollaron los bocetos que después presentaría a los “clientes”. Los de economía buscaron fondos y llamaron a varias puertas, hasta conseguir cerca de 300 euros, gracias a la organización de un cineforum y a la ayuda de dos patrocinadores del proyecto: Fundación Escuela Ideo y Narro Gestores. La comisión de material investigó sobre precios y opciones más viables y escogieron el tipo de material más adecuado a nivel financiero y medioambiental y la coordinación se encargó de organizar a las demás comisiones, informar al CEEP de los pasos dados, invitar a las familias al cineforum, ayudar a preparar la visita, etc.

Todo estaba listo y tras presentar a Marta el proyecto final y comprar el material, nos desplazamos hasta el CEEP Princesa Sofía, un soleado día 15 de junio. Pedimos ayuda a las alumnas de Bachillerato Artístico, para que, como expertas en la materia, guiaran la intervención.

Llegamos al centro a las 11:30. Hacía muchísimo calor, pero eso no impidió que nos pusiéramos pronto a trabajar. Divididos en dos grupos, dirigidos por dos responsables, repartimos los espacios y pasamos nuestros bocetos del papel a la pared. El reto no era fácil. Teníamos poco tiempo para asegurarnos de que las paredes del Colegio Princesa Sofía quedaban perfectas. Una selva y el espacio fueron los elegidos de entre las propuestas que presentamos. Muchas mezclas de colores, pinceles manchados, gotas de sudor, risas y algún que otro estropicio después, acabamos nuestro trabajo. Cuatro horas de trabajo sin parar, en las que fuimos construyendo una obra colectiva llena de color.

Como docentes esta experiencia es de esas que quedan para siempre en el corazón. Por el cariño con el que se nos ha tratado en el Colegio Princesa Sofía, por la implicación, motivación y buena realización de nuestro alumnado, por la sensación del trabajo bien hecho. Cuando tienes la suerte de poder vivir la EDUCACIÓN en mayúsculas, de ver cómo de la motivación sale el aprendizaje de forma sencilla, cuando los hechos te demuestran que aquello en lo que crees es verdad, que se aprende fuera del aula, que la vida no se cuenta en un libro de texto, que la adolescencia es una olla a presión que bien guiada es capaz de lograr resultados maravillosos, que los proyectos en los que aprender es para algo, son la única manera de preparar a nuestro alumnado para ser personas felices, consecuentes, competentes y comprometidas… Cuando todo eso ocurre, en el rellano de la escalera de una escuela pública de educación especial, que nos invita a convertir en hechos lo aprendido en clase. Cuando todo esto sucede por el trabajo y la implicación de treinta chavalas y chavales de 15 años entregados en alma y cuerpo para lograr entre todos un lugar hermoso para otros. Cuando todo esto pasa, es cuando te das cuenta de que tu profesión como profesora, como profesor, es el mejor de los regalos que una persona puede tener.

(María Ladero, Profesora de Secundaria, Escuela Ideo)