El comedor debe ser un espacio familiar donde todas las personas de la comunidad educativa comemos juntos y compartimos este espacio.

Entendemos el espacio de comedor como un ambiente que tiene tanta importancia como el espacio colectivo de los niños.

El momento de la comida es muy importante para nosotros y debe ser coherente con nuestra mirada hacia los niños. Por eso los monitores de comedor trabajan de una manera totalmente coherente con la línea del colegio.

Dentro del espacio de comedor, también se contempla la modalidad de voluntariado para dar apoyo a los monitores de comedor. Los voluntarios que entran en esta modalidad nos hacen llegar su disponibilidad y son distribuidos en los diferentes días. Por tanto, para llevar a cabo este voluntariado, es necesario haber asistido a la formación de voluntarios el día que se trabaja el voluntariado de comedor.

Creemos que el tiempo de la comida es un espacio social, para compartir, adultos y niños. La comida requiere un ambiente social, es un acto de convivencia. Por eso y porque el niño aprende de lo que ve, el recinto del comedor escolar debe reunir condiciones de limpieza, luz, decoración, etc., que lo hagan un lugar agradable y acogedor. Por ello, todos los voluntarios de comedor comen con los niños.

Para que los voluntarios trabajen en coherencia con la línea metodológica del colegio, y con la voluntad que tengan un conocimiento directo de los niños y de las niñas, hay unos requisitos que deben cumplirse para trabajar en este espacio:

  • Los voluntarios de comedor deben hacer una formación en el centro para profundizar en esta mirada hacia los niños.
  • Los voluntarios de comedor se deben reunir para concretar aspectos de la hora de comer con los niños, consensuar actuaciones, concretar y consolidar dinámicas, reflexionar sobre situaciones cotidianas, con la voluntad de ir consolidando este espacio.También son reuniones donde se habla de niños y se acuerdan intervenciones.
  • Algunos voluntarios de comedor forman parte del equipo del colegio. Es importante que esta labor la hagamos juntos para que los niños, a la hora de comedor, compartan momentos con los voluntarios dentro de los ambientes donde también trabajan con las maestras.Este trabajo en equipo permite una mayor profundización en las reuniones de los voluntarios de comedor.

ASPECTOS IMPORTANTES Y CARACTERÍSTICOS

A principio de curso, y principalmente durante el período de adaptación, hay niños que manifiestan sensaciones extrañas a la novedad del colegio a través de constantes negaciones a lo largo del día; estas negaciones, en el momento de la comida, se traducen en «no quiero comer nada». Ante esta negación, el equipo de voluntarios de comedor y las maestras, respetamos el niño ya que sabemos que la afirmación que el niño hace al adulto diciendo que no comerá es vivido por el niño o por la niña como una amenaza (los niños, desde muy pequeños, detectan que los adultos tenemos una gran inquietud para que coman, y aquello se convierte en un arma de mucha fuerza por los niños cuando quieren contradecir al adulto). Por tanto, la respuesta de los adultos siempre es que puede entrar en el comedor y no comer, pero le recordamos que en ese espacio tiene un lugar y que, si lo desea, puede servirse su comida si tiene hambre. Conocemos la importancia, de que el niño sienta que se le reconoce un espacio y un lugar dentro de la actividad que se está desarrollando. La experiencia nos dice que, ante esta respuesta, el niño suele servirse la comida al cabo de un rato y si ese día no lo hace, al día siguiente el comedor pasa a ser un espacio que vive con naturalidad y sin conflicto interno.

El hecho de que el mismo niño se sirva su propia comida (la cual se pone en recipientes o bandejas comunes en el centro de la mesa) permite que ellos mismos vayan tomando conciencia de los propios progresos y de la propia seguridad en la acción. Los niños pueden adquirir desde edad temprana nociones simples sobre los alimentos y un buen comportamiento alimenticio. Deben de apreciar lo que es un consumo saludable, despertar el paladar a alimentos nuevos y educarlo diariamente.

Al principio, muchos niños piden al adulto que les ponga la comida (siempre les preguntamos qué cantidad quieren) y, de repente, un día dejan de pedir ayuda y comienzan a servirse ellos solos. Lo mismo ocurre con el agua. Los niños tienen jarras de agua adecuadas a su tamaño; ellos mismos se sirven el agua. Los platos y vasos son de cristal, y les proporcionamos cuchillo para que los niños que lo deseen se corten su propia carne. También disponen de pan y fruta (para antes de comer) en el centro de la mesa y toman cuando les apetece.

Trabajar con una empresa de comedor ecológico es nuestro objetivo. La mayoría de los alimentos serán biológicos (fruta, verdura, hortalizas, legumbres, cereales y lácteos), la fruta y la verdura será siempre de temporada. Todas las cocciones serán crudos, hervidos, guisados o al horno (no hacemos fritos). Aliñamos con aceite de oliva bio, virgen, primera prensada en frío. Disponemos de menú ordinario y específicos según alergias e intolerancias. No hacemos uso de huevo liofilizado.

Con la voluntad de mantener el respeto por los ritmos individuales y naturales de cada niño, el espacio del mediodía ofrece diferentes ambientes: el ambiente de dormir, un ambiente exterior (patio o jardín) y uno o más ambientes interiores. A menudo nos encontramos con niños que en casa hacen la siesta y cuando empiezan el colegio piden no hacerla. Nosotros respetamos ese deseo ya que entendemos que forma parte de la adaptación al colegio de los niños y de las niñas, y de su inquietud por descubrir que se hace si no se duerme. Hablamos con la familia y pedimos tiempo para que el niño se sienta más seguro en la colegio. Al cabo de un tiempo, la mayoría de niños que hacen la siesta en casa suelen pedir hacerla en el colegio. Este respeto y este saber esperar nos ha demostrado que imponer u obligar no sirve de nada, y que respetar el momento del niño y dejarle su tiempo para que vaya tomando sus decisiones permite que el niño o la niña se sienta más seguro y que actúe en función de sus necesidades vitales como persona.

Los niños que no duermen, o que duermen menos tiempo, disponen de los ambientes interiores para poder estar un rato tranquilos después de la comida o en uno de los ambientes exteriores.

Para trabajar con las familias es importante tener en cuenta estos aspectos:

CÓMO COMEMOS

Uno de nuestros propósitos es que la vida en el colegio facilite un desarrollo integral y globalizado de los niños. Un pilar básico para lograr este objetivo es la alimentación. Consideramos que la alimentación va más allá del acto de ingerir alimentos. La hora de comer es un momento donde interactúan aspectos sociales y culturales que se conjugan con el conocimiento de uno mismo y el propio placer. Por esta razón, en este espacio tan especial, tenemos en cuenta los siguientes criterios:

OFRECER UNA COMIDA SALUDABLE Y DE BUENA CALIDAD

Por esta razón buscaremos empresas de comida ecológica.

CREAR UN CLIMA FAMILIAR Y ACOGEDOR

La hora de comer está cargada de factores emocionales, afectivos y sociales que no podíamos obviar. Por esta razón damos mucha importancia al papel de los educadores y educadoras, como presentan la comida, como acogen la diversidad y qué clima se genera en este espacio.

En especial, cuidamos la relación entre los niños en ese momento, facilitando que ayuden y se comuniquen disfrutando del placer de llevarse a la boca una buena comida.

El objetivo es crear un momento amable y afectivo, donde los niños desarrollen un vínculo positivo con la comida.

SER COHERENTES CON EL PROYECTO DEL COLEGIO

Todo el proyecto del colegio busca, de manera muy activa, que los niños sean autónomos y formen parte activa de todo su proceso de aprendizaje y de crecimiento. La hora de comer es una oportunidad para aprender muchas cosas y lo aprovechamos para que los niños se sirvan su comida, agua, etc.

También es importante mantener el respeto por los ritmos naturales de cada niño, por esta razón, la hora de la siesta está pensada para acoger la diversidad de posibilidades. Para aquellos niños que lo necesiten tienen un espacio y un tiempo de la siesta. Por lo demás, hay diferentes ambientes de relajación y tranquilidad (ambientes interiores) y un espacio exterior abierto siempre (patio o jardín).

Para llevar a cabo estos criterios es imprescindible una colaboración muy estrecha con los y las monitores de comedor y con las familias.

PROTOCOLO

Dentro de la metodología del colegio, a partir de 1º de primaria se trabaja en el comedor un programa diseñado para mostrar a los escolares la importancia de saber comportarse y comer adecuadamente.

“La mesa y los buenos modales”  pretende  transmitir una serie de actitudes y valores que facilitan la buena convivencia, recordando el papel que supone la mesa en el seno de la familia. Saber cómo comportarse en la mesa es algo que se refuerza desde la infancia, adquiriendo unos hábitos que, una vez arraigados, se hacen propios. En la mesa se cambian impresiones, se comentan temas interesantes y es un espacio de enseñanza de buenas costumbres. A través del comportamiento en la mesa, en la manera de conducirse, de comer y de beber, se puede apreciar la educación de la persona.

Semanalmente siete alumnos pasarán al comedor de los buenos modales y trabajarán los materiales didácticos que previamente enviamos a sus padres. Practicamos cómo se pone una mesa con todos los cubiertos. Aprendemos a cortar carne o pescado y a utilizar los distintos cubiertos para cada alimento. Mediante experiencias guiadas el grupo de alumnos interiorizará la importancia de ciertas normas en situaciones especiales como comidas en lugares públicos o invitaciones personales.

Plan de Educación de Hábitos Alimenticios Saludables del «Proyecto Educativo de Centro, Escuela Ideo“, págs 108-110.